Vll CONCLUSIONES
A consecuencia de analizar las nuevas tecnologías
antisísmicas, nos da como resultado que principalmente los sistemas de control pasivo,
los cuales se subdividen en sistemas de efecto de masa, amortiguamiento,
disipación y la aislación sísmica basal, estos últimos dos sistemas son unas de
las mejores alternativas frente a eventuales terremotos de gran intensidad. En
relación a estas dos técnicas se puede añadir que no solamente es aplicable a
estructuras nuevas sino que también se pueden implementar en edificaciones ya
existentes, pero claramente el costo puede llegar al doble en comparación con
una estructura nueva.
En la actualidad existes diferentes tipos de dispositivos
lo que hace sumamente versátil el uso de este sistema en variadas
edificaciones. Hasta el momento el método más utilizado es el aislador de
energía sísmica (elastómero).
En referencia a los dispositivos de aislamiento basal. Los
cuales son sistemas de diseño sismo-resistente que consiste en proporcionar a
la estructura grandes deformaciones horizontales logrando así la reducción de
las vibraciones sismas en conjunto con la minimización de daños estructurales,
no estructurales, al contenido y fundamentalmente de las personas. Este
conjunto de ventajas se dejó ver en el pasado terremoto del 27 de febrero de
2010 en que las edificaciones con este tipo de tecnología se comportaron de muy
buena manera, gracias al desempeño del aislamiento basal esta técnica se sigue
masificando hasta los días de hoy.
El punto más importante de la investigación es que en Chile
no existe una norma que regule las técnicas de aislamiento sísmico ni menos que exija obligatoriamente la
implementación de tecnología antisísmica a edificaciones o a estructuras de
vital importancia para el país.
Si bien la estructuración en base a muros descrita en
capítulos anteriores es uno de los mejores sistemas constructivos a eventuales
solicitaciones sísmicas de baja y mediana intensidad, pero la debilidad de este
tipo de estructuración es que no contempla la protección del contenido de una
edificación, como por ejemplo de un hospital el cual está equipado con
tecnología de punta y sumamente delicada la cual debe funcionar en todo
momento, por otro lado la seguridad y percepción de las personas de vivir en un
lugar seguro y sin temor, es por esto que se necesita promover en nuestro país
el uso de estas técnicas antisísmicas, siendo estas muy bien catalogadas a
nivel nacional e internacional.
En
cuanto al costo de implementación de esa tecnología en edificaciones es del
orden de entre un 1% y 10% del total de la obra. Contemplando una estructura
altamente rígida, pero con la incorporación de estos dispositivos se pueden
minimizar los costos, ya que no es necesario una estructura significativamente
más densa, por esta razón hay diferentes formas de optimizar un proyecto, ya
sea reduciendo volúmenes de hormigón en obra gruesa, utilizando sistemas de
losas que trabajen como diafragma rígido, etc. Este ahorro que se genera con lo dicho
anteriormente se puede financiar un diseño con aislación sísmica e incluso
puede llegar a ser más económico una
estructura protegida sísmicamente.
Una
estructura diseñada con dispositivos sísmicos no se verá afectada por un terremoto de gran intensidad
y por lo tanto no sufrirá ningún tipo de daño, esta edificación cumplirá
cabalmente las necesidades económicas y de seguridad. Pero en cambio una edificación convencional en
presencia de un terremoto de gran intensidad sufrirá diversos tipos de daños
(estructurales y no estructurales), en el que es costo de rehabilitación es
excesivamente alto, e incluso en el peor de los casos abra que demoler.
Como
conclusión final podremos afirmar que incorporando dispositivos de disipación
de energía sísmica en una estructura, se reducirán las vibraciones provenientes
de solicitaciones sísmicas y/o dinámicas. Este tipo de edificación es más
atractiva para la comunidad, aunque su costo se eleve más personas querrán
adquirir y vivir en condiciones de alta seguridad.
Esta
tecnología es del presente y del futuro.
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